Estrategias de Liderazgo en la Historia

Las estrategias de liderazgo no son un invento de nuestros tiempos.  En el pasado, hubo grandes líderes que habrían podido mantener cursos en escuelas de negocios, si hubieran existido, sin haber tenido formación teórica.

Entonces, ¿el Liderazgo, no se aprende?

Para nombrar solamente algunos de los grandes, Mahatma Gandhi, Winston Churchill, Marie Curie, Alejandro Magno, Cleopatra, diría que pusieron en evidencia sus habilidades para la gestión con liderazgo de forma natural. ¿Qué nos ha quedado de estas enseñanzas?

Liderazgo con Humildad: Mahatma Gandhi vivió según los valores que predicaba

Liderazgo con Oratoria: Winston Churchill levantó con sus discursos la moral del pueblo en los momentos más oscuros

Liderazgo con Resiliencia: Marie Curie superó barreras de género en un mundo dominado por hombres

Liderazgo con Visión: Alejandro Magno soñaba con unificar culturas y territorios

Liderazgo con Persuasión: Cleopatra utilizó su inteligencia, educación y encanto para consolidar su poder político

Estas características de liderazgo no son ni mucho menos todas las que debería tener un líder moderno, pero son sin ninguna duda algunas de las que se olvidan al tomar la responsabilidad de una organización.

Retomando sólo uno de los puntos, la Humildad, se me ocurre que:

La humildad no está de moda. Ser humilde a veces se confunde con ser tímido, tonto, con poca personalidad. También se confunde con una falta de Ego, de auto reconocimiento. Pero la humildad no es ninguna de esas facetas. Ser humilde implica saber que no te hace falta imponerte con agresividad para transmitir tu mensaje, ni tu legado, ni tus conocimientos.

La humildad es algo que viene con nuestra personalidad, pero que puede conseguirse con trabajo y reflexión. Con un trabajo de Observación de otros, con la búsqueda de un modelo a seguir.

¿Cómo se lidera con humildad?

*Reconociendo que no lo sabes todo: actuando de esta forma, admites que no tienes todas las respuestas y que estás dispuesto a aprender. Esto te hace más cercano, más humano, lo cual permite fomentar la cultura del aprendizaje.

*Siendo un modelo de integridad: Admite tus errores, porque mostrando tus fallos, inspiras confianza y credibilidad. Lo que digo, hago, y si no es así, me disculpo y vuelvo a empezar.

*Actuando con honestidad: actúa cumpliendo con tus compromisos y respetando tus valores aún bajo presión. La pérdida de ellos en situación de tensión te lleva a una total pérdida de credibilidad en tus organizaciones.

Quizás el modelo a seguir que escojas, no tendrá todas estas variables bien definidas, pero siempre puedes elegir uno más y valorar lo que le diferencia.

Observa-te, valora-te, rectifica-te. ¿Te animas?

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