Esta frase, atribuida a Pierre Bonnard, pintor e ilustrador francés nacido en la mitad de 1800, refleja a mi parecer, una gran verdad. Nuestro día a día esconde nuestros secretos, sueños y esperanzas. Hay personas que pasan el día soñando, y viven en el presente su futuro. De alguna manera lo saben vivir por adelantado. Lo visualizan, lo disfrutan. Son capaces de imaginarse en otro mundo, disfrutando una vida más satisfactoria.
¿Pero qué sucede si todo se queda en un sueño? ¿Si queremos un futuro diferente, pero no hacemos nada concreto por ello? Pues que, acabados los sueños, el despertar nos devuelve a la dura realidad. No hemos avanzado, nos hemos quedado en nuestras pequeñas rutinas cotidianas, que nos aburren, nos crean una insatisfacción continua.
Nuestras acciones del día a día esconden nuestra voluntad de cambio. Una voluntad que es real cuando del pensamiento pasamos a las actitudes, a la acción.
¿Cómo puedo empezar a vivir mis sueños?
- Coge un calendario
- Marca un objetivo y una fecha limite para conseguir ese objetivo
- Evalúa los recursos que tienes para llegar a ese objetivo
- Considera si son suficientes
- Piensa en lo que te falta
- Identifica a las personas con quién puedes contar para conseguir eso
- Establece lo que depende de ti exclusivamente
- Ponte pequeños retos y empieza a actuar con lo que te toca directamente
- Revisa resultados periódicamente
- Ajusta las metas intermedias
¿Te sirve este decálogo para arrancar?
Quizás sólo necesitabas un orden.
El Orden es fundamental para conseguir nuestros sueños. Sin eso todo se confunde, el tiempo pierde su importancia, se malgastan energías.
¿Cuándo quieres empezar a poner orden?